viernes, enero 11, 2008

¿Quién invento que hay que trabajar?

Los amigos, los buenos amigos, se hacen en la juventud. Esto no es ninguna novedad para alguien que haya leído con atención el libro Crónicas del Ángel Gris. La causa es – y no lo digo yo, si no un grupo de sociólogos que en esto tienen la pulenta- la cantidad de tiempo al pedo que uno tiene en la juventud. Tiempo para jugar al fútbol, para formar una banda de músicos fracasados o un centro de estudiantes.
Después uno empieza a trabajar, y junto con las esperanzas, el espíritu de lucha y los ideales, desaparecen los amigos. Algunos quedan como recuerdos, con la melancólica tristeza de los fantasmas. Los que tienen menos suerte son reemplazados por señores, un poco gordos, que no paran de repetir “que va’cer”, votan a Macri, le gritan groserías a las mujeres y cuentan anécdotas, pero mal. Están frente a una montaña rusa, pero no se suben: gozan de recordar cuando se subieron.
¿Quién tiene la culpa de todo esto? El trabajo.
Señores, con 9 horas de trabajo diarias, mas 2 horas de viaje, mas que tengo que dormir, y… disculpame pero no voy a poder ir a robar ciruelas en bicicleta.
Los empleadores nos roban la vida a cambio de un magro salario, señores: ¡¡¡REACCIONEN!!!
¿Y todo porque? Porque alguien invento que hay que trabajar. Trabajamos 9 horas diaras para tener celulares que sacan fotos, levanta vidrios automáticos y reproductores de mp3. Trabajamos para comprar un auto para ir a trabajar. Para tener ropa para ir a trabajar. Para tener teléfonos para recibir trabajos.
Ustedes, amigos lectores diran: “que va’cer”, bueno… dejar de trabajar. Que la humanidad se deje de romper las bolas y se trabaje lo mínimo indispensable, los que quieran, y el resto que lo hagan los robots. ¿O para que estamos en el futuro?

jueves, enero 10, 2008

Sobre el pelotazo de ser Dios

Si hay algo que tienen mis ideas es que se explican totalmente en el titulo. Esta no es la excepción, pero para hacer algo que nosotros, los intelectuales llamamos técnicamente rellenar, voy a seguir escribiendo, dando vueltas, retrocediendo y volviendo a avanzar, para que de lejos, parezca que profundizo.
Dios –que no existe- vive en la eternidad, ya de por si un pelotazo. El cielo se transforma en el infierno cuando uno debe estar en el por siempre. Solo peor que eso es al que condenaron a pasar en el infierno toda la eternidad, menos un día: agregaban al castigo la esperanza en algo que nunca llegaría. Ojo, esto esta en un libro, no se vayan a pensar que salio en el noticioso.
Pero además Dios es omnipotente. Puede hacer todo, y por tanto no disfruta con nada. Esta jugando con arcilla por la eternidad.
Es como un niño solo, que solo cuenta con su imaginación para jugar. Es el niño rico que tiene tristeza. Y de sus decisiones y caprichos, dependemos todos nosotros: mortales, débiles, ignorantes, pero a veces felices.
Por eso a mi, si me dan a elegir, antes de ser Dios prefiero ser yo. O mejor: Ricardo Darin.

miércoles, enero 02, 2008

2008

Este año, con aumentos de colectivo, calor, resaca y mujeres que parecen querer cada vez más a su novio, empezó como la misma mierda.