viernes, mayo 05, 2006

Apuntes sobre el desamor

Quien escribe estos apuntes fue, casi siempre dejado. Llego a pensar en una especie de conspiración cósmica según la cual las mujeres fingían un amor, con el único fin de abandonarlo. Prontamente abandoné esta creencia por sentir que ni siquiera un dios omnipotente y omnipresente tendría tiempo de ocuparse en mi (Quien escribe estos apuntes, ya es hora de admitirlo, soy yo; así que bien podemos cambiar la forma verbal.)
Cada vez que me vi en ese transe, intente y no logre, no hacer preguntas acerca de la causa del abandono. Adivinaba que en pedir explicaciones hay algo parecido a la demasiada insistencia en la conquista. Nada más indigno e ilegitimo en el amor que ganar por cansancio. Y yo en esas cosas, seré pobre pero honrado.
Preguntar acerca de las causas del desamor es, antes que nada: una locura. Nada satisfactorio se puede obtener como respuesta si esta es sincera. Porque cosas como “te dejo porque te amo demasiado” o “me di cuenta que sos mucho para mi” solo pueden convencer a quien, por ingenuidad, estupidez o soberbia no se da cuenta de que son eufemismos de lo contrario. Las causas por las que el amor se acaban son siempre mezquinas: ganas de usar el tiempo para si, diferencias en temas que no interesan demasiado a ninguno de los dos, recuperación repentina de la visión; por nombrar solo algunas. La excepción es, claro esta, cuando el amor se acaba por la interrupción de un nuevo amor.
Pero lo que hace una locura preguntar sobre el desamor es que, si estamos de acuerdo en que el amor es algo mágico, un estado de ánimo inexplicable que le hace uno obviar los más ostensibles defectos de la amada: creerla la mejor del mundo y convencerse de ser el mejor del mundo para ella. Creer en sus mentiras dichas al oído, como quiere el tango. Si estamos de acuerdo con que todo eso pasa ¿Qué sentido tiene preguntar el porque las cosas vuelven a su estado normal?
Es natural que no me ames… ¿Por qué lo hiciste en algún momento? Esa es la gran pregunta que la gente debe realmente hacerse: ¿Cómo es posible que una persona ame a otra? Más como vienen las personas últimamente.
Uno, que tiene muchas ganas de creer, cree que este milagro ocurre sin hacer muchas preguntas. ¿Cómo pretender que dure toda la vida?
Alguien camina sobre las aguas. ¿Es lógico preguntarle, una vez en tierra, porque no sigue haciéndolo?
Se termino la montaña rusa, nena: no te quedes abrasada al asiento porque no va a dar más vueltas.
Los fundamentalistas del amor eterno y los escritores de best seller suelen indignarse ante estas observaciones; y la refutan, olvidando lo que muestra la experiencia empírica, con frases del tipo de “a vos porque no te paso, pero ya te va a pasar”. Sin embargo cuando describen al amor describen algo muy parecido a la resignación. Particularmente considero que si existe el amor de mi vida, si existe una mente capaz de cautivarme de tal modo (porque cuerpos así hay a patadas), si realmente existe alguien asi: entonces me va a dejar a la semana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

HOLA lUIS ,LA VERDAD ME SORPRENDISTE ,LA VERDAD ,MUCHA SORPRENSA ,TE PREJUZGUÉ ,MIS DISCULPAS ...
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LINDA COLA ; )

Anónimo dijo...

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